martes, 20 de abril de 2010

Oportuno

El domingo se realizó en el vecino condado de San Diego un festival dedicado a la marihuana como planta curativa.
California posee desde hace años una ley que permite el uso medicado de esta controvertida hierba para tratar distintos padecimientos.

Pues nada, resulta que mi mente recreaba los posibles escenarios de cómo sería el playground de ese domingo californiano en donde quien demostrara ser un paciente aprobado para su consumo podía fumar en un área restringida. Imaginaba cómo las largas barbas canosas se confundían con el espeso humo de sus pipas decoradas con una fuerte dosis de flower power. Imaginaba también el soundtrack que acompañaba los viajes medicados en el desvarío de un exquisito rock progresivo.

¡Ja! Pero Tijuana "la increíble" como dijo mi amigo peruano es siempre sorprendente...
Desde chico me imaginaba a André Breton mandando mensajes desesperados a sus colegas parisinos diciéndoles que esa joda del surrealismo se quedaba corta en un día cualquiera de la Ciudad de los Palacios.
Y mi Tj no se queda atrás,
ese domingo vi en el carril izquierdo de la vía rápida un tipillo descamisado que manejaba el típico auto fronterizo yonkeado, nada surreal hasta que descubrí que el conductor no advertía su rumbo, lo que en verdad acaparaba su atención era el difícil acto de encender su hitter a ¡ochenta kilómetros por hora!
Dudo mucho que estuviera fumando algún tabaco exótico, aunque quizá se escapó del campo reservado para pacientes san dieguenses y conducía su viaje en una extensión de su tiempo y espacio ;)

¡Ah México!

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