El artista encargado para este proyecto es Tomoko Hagashi quien diseñó un sistema que consiste en anillos sensibles al tacto que se colocan en los cuerpos de cada uno de los amantes y una cámara montada en el techo. Un sistema de visión computadorizada registra el movimiento que cada amante realice sobre su cuerpo o sobre la cama, lo cual produce una serie de líneas que son proyectadas en forma de luz sobre el cuerpo de la pareja. El resultado es una interacción digital entre los cuerpos a distancia.
Lo relevante es el grado de erotismo que se puede alcanzar al jugar con caricias, ambientes y sonidos que cada pareja puede ir construyendo. Quizá esto nos ayuda a comprender que el tacto no es el único vehículo que enciende las sensaciones, ya que un ambiente mágico e imaginario puede ser todo un éxtasis.
Los dejo con el video que ilustra este experimento, donde por cierto la música de Shuttle 358 es una abstracción sublime para la estimulación auditiva.
Mutsugoto from Distance Lab on Vimeo.
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