viernes, 7 de octubre de 2011

Reporte

Me encanta caminar.
Es una sensación distinta, lúdica, emancipadora y divertida.
Cada persona, sus rostros, ademanes, modismos, humores y actitudes, enriquecen la experiencia.

Anoche, salía de la mejor y el guardia que siempre me regala una sonrisa, en esta ocasión me ofreció algo extra. Compartió conmigo su experiencia al enfrentarse con la muerte. Me enseñó lo que nos debe mantener como humanos: el coraje por vivir y ser feliz.

Fue algo sencillo, espontáneo y que me pareció valioso.
Por eso quise compartirlo contigo.

Sé que tengo unos tres o quizá cuatro lectores constantes. A ti, te pregunto, ¿qué te ha sucedido cuando caminas por tu ciudad?

Buenas noches.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Desafortunadamente mi ciudad no es para caminar,
pero general uno puede encontrar cosas majestuosas a su alrededor, y porque no, también hechos desafortunados.

Fabián Bautista dijo...

Mi ciudad tampoco está diseñada para caminar.
Podría afirmar que en ocasiones ser peatón se convierte en algo denigrante.
Las banquetas están empolvadas, cuando existen porque en ocasiones tienes que abrirte paso por la calle, son inconsistentes, burdas y llenas de basura.

Sin embargo, por ellas transitan miles de ciudadanos llenos de historias dignas de contar.

Saludos y gracias por compartir.

Anónimo dijo...

Cada vez que vuelvo a México me sorprendo de lo impráctico que es caminar en este país. De hecho ahora en Tijuana me llené el zapato de cemento porque estaba pesimamente señalizado jajaja pero lo peor fue intentar cruzar la calle, aún cuando el monito estaba en verde sin que te arollaran los coches!!
Hay que fomentar la cultura del peatón, porque ya México es #1 en obesidad!!

Sin embargo mi nueva pasión no es caminar, sino correr... pero ese es otro tema.