miércoles, 8 de febrero de 2012

Añejo

Hacemos preguntas intrascendentes que ya no funcionan.
¿Tienes hijos? ¿Dónde viven tus padres? ¿A quede dedica tu marido? ¿Cuántos hermanos tienes?
Deportes, tiempo, trabajo... de todo... Ya no sirven.
Pero las viejas costumbres persisten, ¿verdad?

1 comentario:

Jeovanna Pérez dijo...

Indudablemente, seguimos siendo iguales a pesar del transcurso de los tiempos.