sábado, 2 de marzo de 2013

Hace unos minutos

Hoy te soñé
Parecías más grande, quizá era ese vestido largo que desde ahora adoro
Vivíamos en nuestra casa
Era hermosa y pequeña, con plantas y ese toque tan tuyo
Desde el techo, colgaba una tela que hacía más cálida la compañía
La cama ancha y corta, cuadrada si somos precisos

Tú, como niña traviesa, te acostabas y te tapabas 
Con esa carita tremenda

Recuerdo que te visitó tu cliente, una señora muy tradicional
Su insistencia fue sensacional: "tiene que ser verde, el color del dinero".
Sin piedad te reías, yo te acompañaba

Cuando pasábamos a nuestro cuarto, una vitrina mostraba la habitación contigua
En la cama reposaba un casco de solemne milicia, clásico, puntiagudo y con barbas doradas

Pero lo único que me importaba, era tu mirada

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